«La Nada eso era la muerte y no aquel sueño, repetido y en espiral, que proponía Rita. El Más Acá, en cambio, era Mariana, y entre una Rita que oscilaba entre fugas y apariciones, y una Mariana que permanecía junto a mí y me hacía feliz, me decidí naturalmente por Mariana, aun a sabiendas de que Rita seguiría acechándome y vigilándome en cualquier recoveco de mis días y noches por venir.
Fue a partir de esa elección que cambió mi relación con Mariana. Coincidentemente, mi ausencia de varios días la había hecho concentrarse en sí misma y medirse y medirme. Y había decidido jugarse por lo nuestro. Dos ex novios habían quedado en la cuneta. Me lo dijo sin llorar, con sus oscuros ojos bien abiertos. De modo que cuando volví a ella, y le narré asimismo cuánto había pesado Rita en mis vacilaciones (hasta entonces nunca se la había mencionado) y le dije que me quedaba definitivamente con ella, el hecho de que eligiéramos, ella a mi, yo a ella, cada uno a solas y en libertad, significó un pacto espontáneo, sin papeles ni testigos, y cuando por fin nos abrazamos, por primera vez más acá y más allá del tango que nos había juntado, sabíamos que esto iba a ser perdurable, es decir todo lo perdurable que admite lo transitorio»
Fue a partir de esa elección que cambió mi relación con Mariana. Coincidentemente, mi ausencia de varios días la había hecho concentrarse en sí misma y medirse y medirme. Y había decidido jugarse por lo nuestro. Dos ex novios habían quedado en la cuneta. Me lo dijo sin llorar, con sus oscuros ojos bien abiertos. De modo que cuando volví a ella, y le narré asimismo cuánto había pesado Rita en mis vacilaciones (hasta entonces nunca se la había mencionado) y le dije que me quedaba definitivamente con ella, el hecho de que eligiéramos, ella a mi, yo a ella, cada uno a solas y en libertad, significó un pacto espontáneo, sin papeles ni testigos, y cuando por fin nos abrazamos, por primera vez más acá y más allá del tango que nos había juntado, sabíamos que esto iba a ser perdurable, es decir todo lo perdurable que admite lo transitorio»
mario benedetti, la borra del café
[nota]
porque los rito(s) también existen y porque también encontramos marianos. lo bonito empieza cuando uno se decide... las dinámicas y los encuentros se transforman y nos cambian.
porque los rito(s) también existen y porque también encontramos marianos. lo bonito empieza cuando uno se decide... las dinámicas y los encuentros se transforman y nos cambian.
uno de los primeros libros de benedetti que adopté como preferido. sobre todo me enganchó con mujer del más acá.
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