En poco tiempo he conocido cómo las artimañas de la corrupción se cuelan por donde sea (el mundo del arte no es la excepción... una comunidad universitaria mucho menos se queda atrás incluso me animo a decir que ahí comienzan a germinarse); que siempre existirán sectores que quieran seguirse beneficiando de su posición relativa de poder, que éstas, suelen estar escasas de visión lo que las lleva, eventualmente, a tomar decisiones antiéticas (basadas claramente en amiguismos).

Incluso he aprendido que solemos inclinarnos hacia lo que venga más rápido y fácil, olvidándonos de la lucha filosófica que otros hicieron derrumbando el esfuerzo por el que pocos, pero con mucho esfuerzo, fueron logrando ganar terreno.

Si bien, todo esto pueda sonar pesimista, admito que no todo ha sido gris, también he encontrado personas que me han dado grandes lecciones. He conocido gente con un gran entusiasmo y valentía por voltearles la tortilla a esa gente que se cree que puede salirse siempre con sus jugarretas.

A estos mentores culturales les regresaré de una forma aún más grande el que me den y me hayan dado la oportunidad de aprender de ellos, de compartir conmigo su conocimiento, de sacudirme de mi estupor mental producto de años de domesticación, pero sobre todo, por confiar en mi.

Hace unas horas me enteré de una noticia triste, Joel Weinstein, querido amigo de muchos, crítico de arte, fiel defensor de la escena del arte contemporáneo en la Isla (chequen Rotund World) y colaborador de varias revistas internacionales como artnexus.com (some articles here: Desto, Ana Mendieta, y CIRCA'07 --pero, como sea, denle un search a su nombre y podrán encontrar varios artículos suyos), trascendió este mundo físico.

La noticia es fuerte, tanto para los miembros de la escena del arte en Puerto Rico como para todos los que lo conocimos por circunstancias extraordinarias y es que, a todos a los que nos ha sacudido ésto, tuvimos la oportunidad de contagiarnos de su generosidad, compromiso, humildad y pasión por el arte y la vida. No me cabe duda que quellas personas que mantuvieron una relación más cercana con él podrán añadirle más cualidades a mi corta descripción. Joel Weinstein simplemente fue un gran ser humano y tengo el gusto de poderlo afirmar e incluso gritar.

A su familia y amig@s... mil abrazos.




*Despedida de Trance Líquido (por Arnaldo Román)